Admito mi carencia
frente a la flexibilidad.
Me falta tanto soltar,
creo que mucho de verdad.
Mi vida pegadita
al perfeccionismo, me ha
llevado por difíciles senderos.
Pienso, digo, siento y hago
casi correctamente, sin saltar ninguna regla.
Eso tampoco es sano.
Seguiré buscando el balance,
ese relajo o inflexión.
Sé que lo necesito,
es lo que merezco.
Romper el molde, distracción,
diversión, caos e improvisación.